El sexo es una parte importante de la experiencia humana y se ha relacionado con una mejor calidad de vida.1
Cada día se producen más de 1 millón de infecciones de transmisión sexual (ITS) en todo el mundo,2 y las pruebas diagnósticas suelen ser la primera línea de defensa. El impacto de un diagnóstico de calidad y pruebas innovadoras han transformado estas infecciones, que antes alteraban la vida de las personas, en trastornos controlables.3