Muchos de los factores de coagulación de la sangre se encuentran en el hígado. Las células del hígado necesitan vitamina K para producir factores de coagulación, y alrededor de la mitad de la vitamina K del cuerpo proviene de los alimentos que comemos. Sin suficiente vitamina K, la coagulación de la sangre se ve afectada. Determinados medicamentos, como la Warfarina o el Acenocumarol, actúan para que el organismo deje de utilizar vitamina K, lo que ralentiza la coagulación. Esto a veces se hace de forma controlada con fines terapéuticos.
Las personas que toman anticoagulantes a menudo no están seguras de lo que pueden comer. Pero esta es la buena noticia: ya no hay reglas dietéticas estrictas para las personas que toman anticoagulantes orales. Es suficiente para asegurarte de que tu dieta sea equilibrada y evitar un consumo excesivo de comida y bebida. Esto no solo se aplica para alimentos ricos en vitamina K, sino también para otras dietas.