Reconocida como uno de los avances científicos más importantes del siglo XX,1 la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es una manera rápida y sencilla de crear copias ilimitadas de ADN a partir de una sola hebra original. Se crean millones de copias de una sección de ADN en tan solo unas horas. El ADN copiado puede usarse de manera fiable en una gran variedad de pruebas para diagnosticar y monitorizar enfermedades o para investigación de biología molecular básica.
La PCR recibió el premio Nobel de Química en 1993.
La evolución y la revolución de la PCR
En 1983, Kary Mullis, PhD, un científico de Cetus Corporation, concibió la PCR como método para copiar ADN y sintetizar grandes cantidades de un ADN objetivo específico. A lo largo de los siguientes dos años, un equipo de científicos de Cetus que reconoció el impacto que la PCR podía tener en la biología molecular investigó, perfeccionó y convirtió el proceso teórico en una realidad.
El equipo se presentó por primera vez en 1985 en la reunión anual de la Sociedad norteamericana de genética humana.2 Más adelante ese mismo año, Science, una revista de la Asociación norteamericana para el avance de la ciencia3 , publicó los resultados en la primera publicación del proceso.
Dos avances significativos han permitido que la PCR se convierta en la tecnología que conocemos hoy en día: la polimerasa Taq y el ciclador térmico.
En 1986, los científicos de Cetus aislaron la polimerasa Taq a partir de Thermus aquaticus, una bacteria que se halla en las primaveras cálidas. Puesto que Taq podía soportar altas temperaturas, se eliminó la necesidad de intervención humana durante la reacción,4 con la consiguiente facilitación y el acortamiento del proceso. Sin una enzima resistente al calor como la polimerasa Taq, la PCR no podría utilizarse a gran escala, ya que el proceso habría sido demasiado complicado.
Antes de Taq, se utilizó la ADN-polimerasa de E. coli, una enzima que no podía soportar un calentamiento y enfriamiento rápidos, en el segundo paso de la PCR. Mediante E. coli, la polimerasa se reemplazaba manualmente en cada paso de la reacción conforme se degradaba por el calor5 .
En 1987, PerkinElmer, otra compañía biotecnológica de EE. UU., lanzó un ciclador térmico, un instrumento programado para regular la temperatura de una reacción, de modo que calienta o enfría las muestras según sea necesario. De nuevo, este avance minimizó la interacción humana en la reacción, lo que da lugar a un proceso elegante, eficaz y facilitado.
El nacimiento de Roche Molecular Diagnostics
En 1991, Roche adquirió los derechos de PCR de Cetus e invirtió en el perfeccionamiento de la ciencia para su uso en el diagnóstico molecular para detectar enfermedades. Roche Molecular Diagnostics no solo ha definido y perfeccionado la PCR, sino que ha seguido siendo el líder indiscutible y pionero de esta tecnología.
Referencias bibliográficas