El descubrimiento de Kary Mullis en 1983 de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) constituyó un paso fundamental en el nacimiento del diagnóstico molecular. En reconocimiento a su trabajo, Mullis recibió el Premio Nobel de Química en 1993. Esta “fotocopiadora” de ADN en un tubo de ensayo permitió generalizar rápidamente las técnicas de PCR y otras pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (nucleic acid amplification testing, NAAT) en los laboratorios de análisis clínicos.1-5
A lo largo de las décadas siguientes se introdujeron nuevas técnicas para acelerar la PCR mediante la automatización, lo cual permitió el desarrollo de la generación actual de instrumentos de detección de PCR rápidos, precisos y multiplex.